Ácido Láctico… el enemigo?

Así es como  se le ha conocido a este interesante producto metabólico que realmente esta ahí para orientarnos, enseñarnos y cuidarnos.

Así es, el ácido láctico, productor del terrible dolor inmediato y del día o los días siguientes al ejercicio extenuante no es el enemigo.

Aparece cuando hemos provocado que nuestros músculos trabajen más allá de su capacidad aeróbica lo que significa que unos organillos llamados mitocondrias ya no fueron suficientes para oxigenar a la célula muscular y por ello entra en un metabolismo anaeróbico. 

Con el paso del tiempo, el ejercicio constante y una muy buena nutrición nuestros músculos se poblaran de más mitocondrias y con ello su capacidad de ejercitarse aumentará.

El ácido láctico entonces solo esta protegiéndonos de un desgaste mayor al que nuestro cuerpo está listo para enfrentar.

El solito se irá en 24 a 72hs dependiendo de una buena hidratación, será movido desde los músculos hasta la circulación y será eliminado vía hepática.

Duele mucho! Sin embargo debo recomendar que evites tomar analgésicos, conoce tu cuerpo, el dolor es justo para hacer lo que provoca: que no te muevas tanto…

Hay varias formas de prevenir el exceso de formación de ácido láctico:

  • Un jugo de vegetales verdes como berros, kale o espinaca reducen los radicales libres del ejercicio.
  • Hidratación antes, durante y después del ejercicio.
  • Estirar! 
  • Un baño de agua caliente o nadar después del ejercicio.

El ejercicio es maravilloso para nuestro cuerpo, lo transforma  y le deja vivir sus capacidades. Asesórate bien al momento de elegir tu rutina para evitar lesiones, el ejercicio no se debe sufrir, debe ser algo de disfrute, algo bueno para vivir!